Prevenir el golpe de calor

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La llegada del verano suele traer episodios de altas temperaturas existiendo un riesgo para la salud.
Un golpe de calor es una elevación brusca y repentina de la temperatura del cuerpo (40ºC o más). Principalmente se debe a estar expuestos a altas temperaturas, falta de hidratación o por un exceso de ejercicio físico; y va acompañado de un fallo en el mecanismo de regulación de la temperatura corporal.
Es una situación de urgencia y se debe actuar con rapidez para no poner en riesgo la vida.

¿Cuáles son los síntomas?

A medida que se eleva la temperatura corporal y el organismo no puede enfriarse por sí mismo, los síntomas pueden empeorar.
Puede aparecer debilidad, dolor de cabeza y muscular, disminución de la sudoración, náuseas y vómitos, taquicardia, etc. En situaciones más graves, aparece confusión, desorientación, convulsiones e incluso provocar un coma.

¿Qué podemos hacer cuando hay aviso de altas temperaturas?

• Mantenernos hidratados. Beber agua o líquidos sin esperar a tener sed (salvo si hay contraindicación médica). Evitar las bebidas alcohólicas y las muy azucaradas.
• Evitar exponernos al sol a las horas de mayor intensidad de calor (entre las 11 y las 16 horas).
• Si estamos en casa, mantenernos en las zonas más frescas de la vivienda y si hay posibilidad de ello, usar ventiladores, aire acondicionado. Además, podemos utilizar paños húmedos o darnos una ducha para mantenernos frescos.
• Conviene evitar las actividades deportivas o excursiones en las horas más calurosas. Es mejor realizar estas actividades a primeras horas del día o a últimas horas de la tarde.
• Hacer comidas ligeras ayuda a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).
• Si se tiene que salir al exterior hay que procurar estar a la sombra, usar ropa ligera y de color claro, protegiéndose del sol. Utiliza un calzado fresco, cómodo y que transpire.

En cualquier caso, si presentamos síntomas asociados al calor (sensación de sofoco, fatiga, agotamiento, mareos, etc.), mantenernos en sitios frescos, beber agua y darnos una ducha puede ser de gran ayuda. En caso de no mejorar la situación, es recomendable acudir al médico para que valore la situación.

No hay que olvidar que las altas temperaturas tienen una incidencia directa en la salud de muchas personas, en especial, los más mayores, los niños, las personas que trabajan al aire libre y aquellos que sufren enfermedades crónicas.

 

Sobre Mi

Me llamo Milagrosa del Carmen Pulido González, soy Técnico Superior en Dietética y Graduada en Enfermería

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