Es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de los niveles de glucosa en sangre. Puede ser de tipo 1, por déficit en la secreción de insulina, de tipo 2, por una alteración en la secreción y la acción de la insulina, o gestacional que es la que se padece en el embarazo.
La diabetes puede conllevar complicaciones, sobre todo en la visión, el riñón y las arterias, son la principal causa de mortalidad en el mundo.
Dejando atrás la genética familiar, los factores que favorecen su aparición están relacionados con hábitos de vida poco saludables (alimentación inadecuada, sedentarismo, obesidad) y que se deben a un consumo elevado de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal.
La evidencia científica ha demostrado que tomar medidas para llevar unos hábitos de vida saludables puede servir para prevenir o, al menos, retrasar el desarrollo de la diabetes tipo 2 ó mejorar el control de la enfermedad cuando se padece. En especial, conviene llevar una alimentación sana y equilibrada, realizar ejercicio de manera habitual y mantener el peso en un nivel saludable. Otra de las recomendaciones incluye evitar el consumo de tabaco y alcohol.