Ya hace 10 años que la Dieta Mediterránea, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La dieta mediterránea, está considerada un estilo de vida, una filosofía basada en la forma de alimentarnos, de cocinar los alimentos, de compartirlos. En fin, de disfrutar de los productos de la tierra y de nuestro entorno.
Disponer de alimentos sanos y seguros, en cantidad y calidad suficientes, nos permite mantener una dieta que favorece un envejecimiento saludable.
La mayoría de nosotros, conocemos más o menos, en qué consiste la dieta mediterránea. Sin embargo, es positivo reforzar lo que sabemos. Repasemos los principios que señala La Fundación Dieta Mediterránea.
Decálogo de la dieta mediterránea
- Aceite de oliva. Debe ser la principal grasa de adición. La protagonista en la cocina, especialmente si se quiere prevenir riesgos cardiovasculares.
- Alimentos de origen vegetal. Frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, legumbres… son los alimentos básicos de la dieta.
- Cereales a diario. Pan, arroz, pasta…(especialmente los integrales). Nos aportan una parte importante de energía necesaria para nuestras actividades diarias.
- Alimentos de temporada, los más adecuados. Hay que aprovechar los productos de temporada, sobre todo, frutas y verduras. Nos permite consumirlas en su mejor momento, tanto a nivel de aportación de nutrientes como por su aroma y sabor.
- Lácteos a diario. Son una fuente de proteínas de alto valor biológico, y de minerales y vitaminas. Además, el consumo de leches fermentadas (yogur, queso) nos ofrece beneficios para la salud.
- Carnes rojas, con moderación. Aportan nutrientes esenciales pero también una notable cantidad de grasas saturadas.
- Pescado, mínimo dos veces en semana. Sin que falte el azul por su contenido en ácidos grasos saludables como el Omega 3.
- La fruta como postre habitual, los dulces, de manera esporádica.
- Tomar agua a diario. Es la bebida esencial y debemos ingerirla en cantidad suficiente para hidratar el organismo. El vino puede tener efectos beneficiosos para la salud, consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada.
- El ejercicio físico diario. Adaptando su intensidad a las características de cada persona, es el complemento perfecto a la dieta más saludable que puedes seguir.
Para finalizar, es importante conocer los beneficios de seguir un estilo de vida mediterráneo: ayuda a mantener la salud del corazón, previene la obesidad y el sobrepeso, contribuye a regular el tránsito intestinal, etc.