Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se considera actividad física a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía. Todos hemos oído alguna vez que “hacer ejercicio es bueno”, pero ¿conocemos realmente los beneficios para la salud que se dan tanto a nivel físico, psicológico como social? Hacer ejercicio regularmente, de forma moderada a vigorosa nos proporciona muchos beneficios.
A nivel biológico, mejora la forma y resistencia física, aumenta el tono y la fuerza muscular, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, aumenta la densidad ósea, acompañada de una alimentación equilibrada previene la obesidad, etc.
A nivel psicológico, aumenta la autoestima, mejora la autoimagen, disminuye el estrés, aumenta el estado de alerta, mejora el sueño, etc.
A nivel social, disminuye el aislamiento social, ya que permite hacer amistades o reunirte con amigos para compartir la actividad.
Una rutina equilibrada de ejercicio físico debe basarse en una combinación de ejercicios aeróbicos, ejercicios de fuerza y ejercicios de flexibilidad. Para iniciarla, después de un periodo de inactividad, hay que tener en cuenta hacerlo de manera progresiva e individual, teniendo en cuenta la condición física para evitar lesiones indeseadas.