¿Sientes debilidad por el azúcar?, ¿Alguna vez has sentido necesidad de comer algo dulce después de comer?, ¿Sientes antojo de dulce cuando estás de bajón?
Puede que te preguntes por qué sucede y cómo puedes evitarlo, hay varios motivos que pueden explicar ésta necesidad, así que, vamos allá.
Una de las causas es el descenso de los niveles de azúcar en sangre. El principal combustible para nuestro organismo es el azúcar (glucosa), por eso, cuando disminuyen sus niveles, el cerebro envía una señal a nuestro cuerpo indicando que hay que reponer energía.
Cuando comemos dulce, aumentan los niveles de dopamina en el cerebro, creándonos la sensación de placer. Ésta sensación es a corto plazo, por lo que tenemos tendencia a sentir ansiedad nuevamente.
Asimismo, el estrés y el cansancio, llevan al cerebro a producir más cortisol (él nos hace reaccionar en situaciones peligrosas) y a disminuir la cantidad de leptina (ella crea la sensación de saciedad). Así que, como podemos imaginarnos vamos a tener hambre y sentiremos ansiedad por comer dulces nuevamente.
Por último, si realizamos dietas hipocalóricas muy estrictas, donde intentamos eliminar al máximo los azúcares conllevan la aparición de ansiedad. Es el círculo vicioso que se crea cuando nuestro organismo está acostumbrado a consumir azúcar en grandes cantidades.
El azúcar no solo genera dependencia, puede traer consigo problemas de salud como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, etc.
La OMS (Organización mundial de la Salud) recomienda que el aporte de azúcar añadido en la dieta no represente más del 10% del aporte energético diario.
Hay que entender que cuanto menor sea su consumo mucho mejor, porque en una alimentación equilibrada el azúcar natural proveniente de frutas y hortalizas es suficiente para satisfacer las demandas de glucosa de nuestro cuerpo.
Cómo podemos evitar la adicción al azúcar
- Elimina de la lista de la compra productos con alto contenido en azúcar: dulces, bollerías, refrescos, golosinas, ultraprocesados, etc. Si aún tienes en casa, deshazte de tentaciones, piensa que no son saludables y como mucho deberían consumirse ocasionalmente.
- No hay que esperar a tener hambre, no prolongues los ayunos más de 3-4 horas. Si realizamos de 4 a 5 comidas diarias, mantenemos los niveles de azúcar y los antojos a raya.
- Comienza el día con un desayuno rico en fibra con carbohidratos integrales y fruta.
- Bebe agua. Mantenernos hidratados permite al organismo cumplir con las funciones vitales de manera eficiente, y además nos aporta sensación de saciedad.
- Come de manera consciente, date tiempo para disfrutar y saborear.
- Ten presentes las proteínas, aumentan la saciedad y disminuyen el hambre. Incluye en tus desayunos o snacks huevo, frutos secos y lácteos como el yogur natural, kéfir, queso batido, queso fresco, etc.
- No olvides consumir a diario frutas y verduras, el azúcar que nos aportan se asimila de forma más lenta gracias a su contenido en fibra.
- Actívate, con el ejercicio ayudas a que el cerebro libere dopamina, aumentará la sensación de bienestar, sin necesidad de recurrir a la comida.