Con 45 años ya, un tema que me ronda en la cabeza es la menopausia, así que, aprovechando la oportunidad hoy escribiré sobre ella.
En la vida de una mujer, la menopausia ocurre cuando la menstruación se detiene, y es reconocida tras 12 meses consecutivos de ausencia, sin que exista ninguna otra causa patológica o fisiológica.
Suele producirse alrededor de los 45-50 años, aunque todo dependerá del desarrollo que ha sufrido, a lo largo del tiempo, el cuerpo de cada mujer. Antes de alcanzarla, hay un periodo previo de 5 a 8 años, en el que se pueden presentar cambios que irán sucediendo a medida que nos acerquemos a ella.
Para empezar , disminuyen los niveles hormonales (sobre todo de estrógenos), aparecen los sofocos (sensación subjetiva de calor), disminuye la masa ósea, hay una redistribución de la grasa corporal hacia la zona abdominal, se experimentan cambios en los estados de ánimo, etc.
No todas las mujeres presentan síntomas, ni todas, los referimos con la misma intensidad. La vivencia de los cambios que se producen en gran medida dependen de factores biológicos, psicológicos y socioculturales.
En esta etapa de la mujer, es aconsejable tener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y la práctica habitual de ejercicio físico. Evitar el tabaco y si se consume alcohol, hacerlo de forma moderada. De manera global, son hábitos beneficiosos que nos ayudan a tener un estado óptimo de salud y por tanto, previenen o disminuyen la aparición de los síntomas.
Hay que entender la menopausia como el estado fisiológico que forma parte del proceso natural de envejecimiento que sucede en la vida de la mujer y no como una enfermedad.