Las vitaminas y los minerales son denominados micronutrientes porque se necesitan en pequeña cantidad. Se les considera esenciales porque el organismo no es capaz de producirlas y deben aportarse a través de la dieta.
Participan en diversos procesos metabólicos que se llevan a cabo en el organismo contribuyendo al normal funcionamiento, crecimiento y mantenimiento del mismo.
En una persona sana que mantenga una alimentación equilibrada, es raro que se presenten carencias o deficiencias, sin embargo, hay situaciones en las que existe un mayor riesgo de sufrir trastornos o patologías derivadas de dichas deficiencias como son la ingesta insuficiente de nutrientes (dietas por debajo de 1000 kcal/día, alcoholismos, …), necesidades metabólicas aumentadas (postoperatorios, embarazos, …), trastornos gastrointestinales que cursan con malabsorción, etc.
Por sí solo, ningún alimento contiene todos los micronutrientes que necesitamos. Por ello, es importante mantener una alimentación equilibrada donde estén presentes tanto los alimentos de origen vegetal (frutas, verduras y hortalizas), como los de origen animal (huevos, lácteos, pescados y carnes magras), logrando así, una propuesta nutritiva y equilibrada.
Salvo en casos concretos, supervisados por un médico o nutricionista, no es necesaria la suplementación de vitaminas y minerales, ya que siguiendo una alimentación saludable se va a cubrir todas las necesidades referentes a las mismas.